Sudán: La burocracia y la inseguridad dificultan la respuesta humanitaria a la crisis
MSF alerta de las restricciones para brindar ayuda humanitaria por parte de las partes beligerantes y del desprecio absoluto por la vida de los civiles
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Port Sudan, 23 de junio de 2023.- Mientras el conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) entra en su tercer mes, la violencia generalizada y las enormes necesidades sanitarias persisten en todo Sudán, especialmente en Jartum y Darfur. Aunque Médicos Sin Fronteras (MSF) sigue prestando asistencia médica y humanitaria, su capacidad para ampliar las actividades que lleva a cabo se está viendo obstaculizada por amplias y obstruccionistas restricciones administrativas y burocráticas. Si la situación persiste, llegará un momento en que cual no podrá brindar a la pioblación la ayuda que tanto necesita.
"La gente muere mientras el sistema de salud del país se tambalea bajo el peso de unas necesidades abrumadoras", alerta Jean Nicolas Armstrong Dangelser, coordinador de Emergencias de MSF en Sudán. "Al someter a la población a niveles de violencia espeluznantes, o al restringir el grado de ayuda que podemos ofrecer las organizaciones médicas, las partes beligerantes en Sudán están mostrando un desprecio absoluto por la vida de los civiles".
Desde el estallido del conflicto, MSF ha ampliado o reorientado algunos de los proyectos que tenía en el país y ha puesto en marcha nuevas actividades. En solo cinco semanas, los equipos quirúrgicos de MSF que trabajan en el hospital universitario de Bashair, en el sur de Jartum, atendieron a 1.169 pacientes de los que más de 900 presentaban traumatismos provocados por la violencia. Desde el inicio de los combates, el hospital de El Fasher (norte de Darfur), apoyado por MSF, ha realizado más de 600 intervenciones quirúrgicas a heridos de guerra o a mujeres que necesitaban atención obstétrica de urgencia. Entre otras actividades, MSF presta servicios de pediatría, desnutrición y salud materna, gestiona clínicas móviles y presta servicios médicos y de agua y saneamiento a las personas desplazadas.
A pesar de trabajar en once estados, el tamaño y alcance de las actividades que lleva a cabo MSF a día de hoy en Sudán no se corresponde en absoluto con las enormes necesidades a las que se enfrenta la población.
MSF se ha esforzado durante todo este tiempo por aumentar sus actividades, pero sus intentos se han visto constantemente obstaculizados por las partes beligerantes, a pesar de los numerosos compromisos públicos, por parte de ambos bandos, de facilitar la asistencia humanitaria, incluidos los formalmente establecidos en la Declaración de Compromiso de Jeddah para Proteger a los Civiles de Sudán.
Un equipo de MSF, que incluía personal médico de urgencias con experiencia, fue bloqueado y no pudo viajar desde Port Sudan hasta zonas donde hay mayores necesidades médicas. Al no poder viajar, el equipo puso en marcha actividades de agua y saneamiento en campos de desplazados y formó a personal médico sudanés en la respuesta a sucesos con víctimas masivas. Estas actividades a pequeña escala tuvieron un impacto mucho menor que el que se podría haber logrado si el equipo hubiera podido llegar a esas otras zonas a las que pretendía llegar. De hecho, el personal médico del equipo no pudo tratar a un solo paciente.
El jefe del equipo médico, el Dr. Javid Abdelomoneim, médico sudanés-británico que acaba de regresar de Sudán, describe los intentos del equipo para obtener permisos con los que poder viajar.
"¿Por qué, tras segundas, terceras, cuartas, quintas, sextas y séptimas peticiones y diálogos diarios con las autoridades humanitarias y de inteligencia, nuestros permisos para viajar de vuelta a Jartum y a los estados del río Nilo fueron rechazados? Semanas después, todo mi equipo de MSF, entre ellos compañeros médicos y logistas, seguía sentado en Port Sudan sin poder hacer nada".
A pesar de las claras y abrumadoras necesidades de la población:
- En algunos lugares, las autoridades han impedido repetidamente la circulación de personal humanitario y médico y de suministros entre los estados y dentro de ellos. Las solicitudes de permisos de viaje presentadas a tiempo y con la documentación requerida por MSF se han retrasado, rechazado, rescindido o simplemente no se han respetado, todo ello sin que se dieran razones claras.
- Incluso cuando se concedieron permisos, en algunos casos el personal y los suministros de MSF fueron rechazados por el personal de seguridad en los puestos de control. En ocasiones, el personal de MSF fue acosado, amenazado o detenido.
- En algunos lugares, las autoridades han afirmado que se requerirían escoltas armadas para los desplazamientos de suministros, lo que reduciría la capacidad de moverse sin obstáculos y socavaría la independencia y neutralidad de las organizaciones humanitarias y de los trabajadores humanitarios.
- A pesar de las reiteradas solicitudes y peticiones, las autoridades sudanesas han expedido muchos menos visados de los que MSF necesita para traer personal suficiente para responder a las inmensas necesidades de la población sudanesa. Aunque se han expedido algunos, el proceso es incoherente y poco fiable. En estos momentos, MSF no tiene ninguna seguridad acerca de si le concederán visados para su personal cuando los solicite. Esta incertidumbre dificulta la planificación del aumento de las actividades con cierto grado de confianza y puede poner en peligro el futuro de las actividades existentes. El personal adicional es fundamental para ampliar la prestación de servicios médicos y para rotar a los equipos médicos, que trabajan las 24 horas del día, dentro del país y en los países limítrofes donde llegan los refugiados.
Aunque no está claro si estas acciones son un intento deliberado de restringir la ayuda humanitaria, las consecuencias para la población son las mismas que si lo fueran: un acceso reducido a la asistencia sanitaria en el momento en que esta resulta más urgente.
El trabajo de las organizaciones médicas y humanitarias también se ve físicamente perturbado por ambas partes beligerantes. Los suministros de MSF han sido confiscados mientras que los grupos armados han saqueado sus instalaciones y golpeado y amenazado violentamente a su personal. El personal sudanés de MSF, en particular, se ha enfrentado a traumáticas amenazas durante los asaltos, todo ello mientras intentaba prestar atención médica a sus compatriotas.
El conflicto y la inseguridad generalizada en Sudán están creando una situación desesperada para la población, que se está viendo seriamente afectada por los combates, los ataques aéreos, los bombardeos, los asesinatos, la violencia sexual y la delincuencia. Los pacientes que huyeron de Darfur occidental a Chad, donde fueron atendidos por MSF, describieron una situación terrible en El Geneina, la capital del estado, con personas asesinadas a tiros cuando huían de la violencia en la ciudad.
Al mismo tiempo, el sistema sanitario del país se afana por responder tanto a las inmensas necesidades causadas por el conflicto como a aquellas no directamente relacionadas con los combates. Los centros de salud carecen de personal y suministros suficientes y apenas son operativos en algunas zonas. La violencia dificulta el acceso de la población a la atención sanitaria, y muchos se presentan tarde en los centros de salud porque es demasiado peligroso desplazarse.
Fernando Calero
Guillermo Algar
Silvia Fernández