TESTIMONIOS. Una generación perdida: peligro y desesperación en el campo sirio de Al-Hol

Selección de testimonios recogidos en el nuevo informe de MSF sobre las terribles condiciones de vida el campo sirio de Al-Hol

El viaje a Al-Hol y la contención progresiva del campo

“En una palabra, lo que estamos viviendo aquí es horrible. Estamos en Al-Hol porque nos prometieron libertad, nos prometieron buenas condiciones si dejábamos Baghuz y deteníamos la guerra. Yo estaba embarazada y tenía cinco hijos, así que decidí dejar Baghuz. Ahora me arrepiento de haberme ido. Creí que sería verdad, que seríamos libres, pero nada. Si lo hubiera sabido, habría hubiera preferido morir que venir aquí”

Residente del campo principal

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“Aquí todos tenemos una historia diferente, no todos son EI. Mi marido siguió al EI y se llevó a mis hijos. Me vi obligada a seguirlo porque mi hija estaba con él. ¿Qué otra cosa podía hacer? No quería estar separada de mi hija y quería protegerla. Mi familia me pidió que no fuera y ahora no quieren hablar conmigo. Ya no tengo a nadie fuera de Al-Hol. Me vi obligada a venir a este campo porque nuestra familia nos abandonó porque seguimos al EI. Yo vivía en Raqqa con mi marido y mi hija. Entonces mi marido se llevó a nuestra hija a Deir Ez-Zor. Fui a buscarlo a Deir Ez-Zor y encontré a mi hija. Intenté huir con ella, pero me atraparon y me enviaron ante un juez. Podía irme sola, pero mi hija tenía que quedarse. Así que decidí quedarme. Ahora tengo una gran responsabilidad con mis hijos. No tienen familia, ni padre, sólo yo. Mi familia ya no acepta a mis hijos ni a mí. Al final del EI, nos dijeron: 'Todos los que quieran irse, pueden irse'. Yo me divorcié y cogí a mi hija y empezamos a caminar. Hacía frío y era de noche y no sabíamos dónde estaban las minas. Finalmente encontramos una casa, pero a la mañana siguiente un soldado nos encontró y nos llevó a Al-Hol. [...] Cuando llegó el fin del EI, las fuerzas de seguridad pidieron a todos los civiles que fueran a Al-Hol. Nos dijeron que sería un lugar mejor para quedarnos un par de días y que después podríamos irnos, y que habría atención médica y comida. No dijeron que sería un lugar que no podríamos abandonar. Si lo hubiera sabido, no habría venido. Fue bueno al principio; durante el primer mes pude dormir mucho y dormí mucho, ya que no podíamos dormir con el EI. Entonces empezaron los asesinatos, los robos y la quema de tiendas de campaña. Todo empezó al mismo tiempo”

Residente del campo principal

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“La gente se vio obligada a abandonar sus hogares porque la mayoría estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Nos obligaron a dejar nuestra ciudad y nos obligaron a permanecer en la ciudad del EI, y nos vimos obligados a desplazarnos de un lugar a otro por el EI [...]. En 2015, volví a Siria para recoger a mi madre y poder volver a Turquía juntos. Pero el EI estaba allí, así que intenté huir con ella y me arrestaron. Me metieron en prisión durante un mes y se llevaron todo lo que teníamos. No pude huir después de eso, y la vida empeoró. El EI nos obligó a ir a Raqqa y luego a Deir Ez-Zor. No podíamos quedarnos en la ciudad porque la coalición estaba bombardeando todo y, si te quedabas, las fuerzas de la coalición te acusaban de ser del EI, así que nos vimos obligados a movernos con el EI. Llegamos a Deir Ez-Zor antes de terminar en Al-Hol. Y finalmente aquí estamos, y seguimos sin estar a salvo. Pensamos que estaríamos a salvo aquí, pero no”.

Residente del campo principal

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“En Al-Hol, estamos en un centro de detención; es como Guantánamo, es un campo de exterminio, una prisión. Una vez mi padre estaba en la puerta principal, pero no me permitieron ni siquiera verlo en la puerta. Fue entonces cuando pensé: ‘Sí, estamos en prisión’. Necesitamos que la gente pueda visitarnos y necesitamos poder interactuar con el mundo exterior. Los medios de comunicación no están difundiendo el mensaje correcto sobre Al-Hol, con el resultado que una mala persona afecta a toda la gente de aquí”

Residente del campo principal

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“Creo que estamos en un campo de castigo, es un lugar aterrador y horrible. Es una gran prisión. Lo único que pedimos es volver a casa y que nos dejen en paz. Podemos arreglárnoslas, aunque tengamos que volver a territorio del Gobierno de Siria. He estado en Al-Hol tres años, pero parecen 25”

Residente del campo principal

“Entre dos fuegos”

“Estamos entre dos fuegos: las fuerzas de seguridad y los extremistas. Es una especie de prisión. No hay libertad aquí. ¿Por qué no nos permiten salir fuera del campo? Estos asesinatos que están sucediendo, mucha gente no sabe por qué están ocurriendo. Y como no se sabe y puede ocurrir por cualquier razón, es muy aterrador. No sabemos por qué están matando a la gente, y no podemos cerrar la puerta, ni siquiera tenemos puerta. Dicen que solo matan a los espías que van a las fuerzas de seguridad, pero esto no es cierto, porque a veces hay asesinatos sin ninguna razón”

Residente del campo principal

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“Aquí no hay seguridad, no nos sentimos seguros. Yo tengo otros tres niños, y siempre estoy preocupada porque no sabemos quién está cometiendo los asesinatos ni cuándo ocurrirán. Hace tres años, uno de mis hijos fue al mercado una tarde y nunca volvió. Después de 51 días las fuerzas de seguridad me dijeron que ocho personas llegaron a la tienda, lo mataron y enterraron su cuerpo bajo la tienda. No me siento segura porque he perdido a un niño y otro está en la cárcel. El que fue asesinado tenía 14 años y el otro tiene 30"

Residente del campo principal

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“Cualquiera puede robar fácilmente; pueden abrir una tienda y robar. No hay seguridad. Si la gente está robando, no hay lugar para quejarse y pedir ayuda. Había una mujer en otra sección del campo; hace dos meses le robaron. Se despertó a las 2 de la mañana y encontró al ladrón en su tienda. Le dijeron que le robarían y que no podía hacer nada o la matarían. Nadie puede hacer nada”

Residente del campo principal

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“Hace 20 días, mi hermano fue asesinado delante de mí y no pudimos hacer nada. No hay seguridad aquí. Todo es difícil aquí. Estás en tu tienda y no sabes si te van a matar sin razón. Una noche varias personas entraron en nuestra tienda y empezaron a disparar a mi hermano. Primero un disparo y luego otro a la cabeza para matarlo. Tenía 16 años. ¿Por qué mataron a mi hermano? Luego me pusieron una pistola en la cabeza y empujaron a mi madre, que había intentado proteger a mi hermano. Al día siguiente nos llamaron y nos amenazaron con matar a toda nuestra familia. Las autoridades no vinieron a investigar; ni siquiera vinieron a llevarse su cuerpo”

Residente del campo principal

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“Cuando las fuerzas de seguridad patrullan, te cogerán, aunque no hayas hecho nada. Y te arrestarán fácilmente, te castigarán, te golpearán y tendrás que pagar dinero. Antes no eran así, pero en los últimos meses se han vuelto más estrictos. Creo que el cambio de comportamiento se debe a los casos de asesinato en el campo”

Residente del campo principal

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“Estuve en la cárcel y fue terrible. Cuando estás enferma no hay medicación, ni siquiera les importa si te estás muriendo. También nos quitaron los vestidos largos. Hay muchas hermanas en la cárcel, algunas llevan más de un año. Yo estuve en la cárcel durante cuatro meses. Vi a una mujer que llevaba más de un año en la cárcel y estuvo encerrada en el baño durante cuatro meses porque no hablaba”

Residente del campo principal

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Restricciones adiciones en el Anexo[i]

“Los teléfonos están prohibidos en el Anexo. Queremos saber lo que pasa en el mundo exterior, nuestros niños ni siquiera saben lo que es un televisor. Todas estas cosas modernas son extrañas para ellos. Los niños ven todo de forma extraña; viven una vida anormal”

Residente en el Anexo

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“Se están llevando a los adolescentes de sus madres. ¿Qué derecho tienen a quitarnos a nuestros hijos y luego meterlos en la cárcel? Hace dos días, se llevaron al hijo de 12 años de mi amigo. Ellos entraron en la tienda a las 2 de la mañana y se llevaron al niño. No puedo describir el estado en el que estaba su madre. Ustedes hablan de los derechos humanos, de los derechos de los niños, pero aquí no existen. Estamos en una prisión, ¿por qué?”

Residente en el Anexo

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“Sobre todo me preocupa mi hijo de nueve años y que las fuerzas de seguridad se lo lleven cuando sea mayor. Hay muchas [madres] cuyos hijos fueron llevados a la prisión por las fuerzas de seguridad cuando cumplieron 11 o 12 años, y lloran todos los días. Yo intento, en la medida de lo posible, no alejarme de mis hijos. Mis hijos están siempre en mi tienda y no quiero que salgan fuera”

Residente en el Anexo

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“Para los niños no hay nada. No hay educación en absoluto y esto afectará a toda una generación. No puedo controlar a mis hijos, pero no quiero que salgan a la calle. Necesitamos un lugar para educarles. Muchos niños han muerto atropellados por camiones cisterna y otros han sido detenidos por las fuerzas de seguridad. También hay los niños que caen por las tapas oxidadas de las fosas sépticas. Nos hemos quejado mucho de esto, pero no ha pasado nada”

Residente del campo principal

Acceso limitado a la atención médica

“He estado embarazada cuatro veces y cada vez he necesitado una cesárea. Después de tres cesáreas no puedes dar a luz de forma natural. Mi cuarto parto ocurrió cuando estaba aquí [en el campo de Al-Hol]. El médico de me dio una fecha y me enviaron al Hospital Nacional de Hassakeh. Allí me dijeron: 'Todavía no es el momento', así que volví. Dos días después los signos de parto volvieron a aparecer durante la noche y fue muy doloroso. Fui a la puerta a hablar con las fuerzas de seguridad y me enviaron al hospital de Al-Hol y luego a Hassakeh. Esperé desde la 1 de la madrugada hasta las 9 de la noche, con dolor y amenazando con dar a luz, pero el médico no vino. Me dijeron: ‘Puedes esperar'. ¿Por qué? Dos días después me hicieron la cesárea, me dieron el alta del hospital. Me dejaron en las puertas del Anexo y luego tuve que caminar un kilómetro con mi bebé. El dolor era horrible”

Residente en el Anexo

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“Cuando llevan a los niños al médico en Hassakeh, el niño va solo, nadie de la familia del niño le acompaña. ¿Cómo pueden esperar que entreguemos a nuestros hijos de tres y cuatro años para que los soldados los lleven solos a Hassakeh? Es demasiado duro para nosotros. Los esperamos en la puerta principal hasta que vuelven, pidiendo información a los soldados o a las ONG”

Residente en el Anexo

Perspectivas limitadas de vida fuera de Al-Hol y la falta de soluciones a largo plazo

“Estoy muy enfadada por el proceso. Fue realmente difícil e injusto. Para algunos de nosotros fue difícil proporcionar los documentos necesarios y fue muy lento. Por ejemplo, yo no podía demostrar que mis hijos eran míos a la administración del campo, porque no todos tenían documentos. Tengo ocho hijos; cuatro de ellos los registré en Damasco a través de un contacto, pero para los otros cuatro tuve que pagar un millón de libras sirias [aproximadamente 300 dólares] en sobornos para que la administración del campo nos dejara salir sin los documentos”

Residente del campo principal

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“Había un hombre de 40 años que fue amenazado por un grupo armado en mayo de 2021 y le pidieron que les pagara 1.000 dólares. Acudió a las fuerzas de seguridad para que le protegieran y le incluyeran en la lista de salida y le pidieron que pagara 500 dólares, que no tenía. Lo mataron a tiros en junio de 2021”

Residente del campo principal

Desafíos de la ayuda humanitaria en el campo de Al-Hol

“Muchas ONG han disminuido sus actividades; muchas no funcionan a pleno rendimiento debido a los incidentes de seguridad. Los refugiados son vulnerables y necesitan los servicios de las ONG, pero la situación de seguridad en el campo no les permite acceder a los servicios”

Trabajador de MSF en el campo de Al-Hol

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“Normalmente la población reacciona de forma agresiva a estas medidas [de seguridad]. Vinculan a las ONG con las fuerzas de seguridad. A veces la gente incluso piensa que las ONG están detrás de las medidas de seguridad. Por ejemplo, un día que tuvimos que ir al Anexo para cerrar la válvula de la red de agua, unos nos dejaron dentro de la torre de agua y nos dijeron que nos tenían de rehenes. Hablamos con ellos y finalmente nos dejaron ir. Los niños del Anexo creen que algunos de los empleados de la ONG tienen conexión con las fuerzas de seguridad cuando utilizan su teléfono durante su trabajo, como cuando llevan su teléfono, hacen una llamada, toman una foto para documentar su trabajo, por lo que tienen una reacción violenta hacia el personal”

Trabajador de MSF en el campo de Al-Hol

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[i] El Anexo es un área del campo donde residen mujeres y niños que no son sirios ni iraquís y donde hay restricciones adicionales de la libertad de circulación y el acceso a servicios. A la población del Anexo no se le permite teléfonos móviles o televisores y se les prohíbe comunicarse con nadie fuera de Al-Hol.

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