Norte de Nigeria: récord de ingresos de niños gravemente desnutridos
Las instalaciones médicas de MSF, desbordadas por los casos de desnutrición semanas antes de que empiece el pico anual
Abuja, 12 de junio de 2024.- En las últimas semanas, los centros de hospitalización de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el norte de Nigeria han registrado un aumento sin precedentes de ingresos de niños gravemente desnutridos con complicaciones potencialmente mortales, con el doble de ingresos que el año pasado en algunas localidades. Son datos espeluznantes, ya que la elevada afluencia de pacientes con desnutrición aguda se está produciendo antes del pico habitual de julio, cuando la cosecha anterior se ha consumido y todavía no se ha recogido la nueva.
“Hemos empezado a tratar a los pacientes en colchones en el suelo porque nuestras instalaciones están llenas. Los niños están muriendo. Si no se toman medidas inmediatas, más vidas penderán de un hilo. Necesitamos la implicación de todo el mundo para salvar vidas y permitir que los niños del norte de Nigeria crezcan libres de la desnutrición y de sus desastrosas consecuencias a largo plazo”, afirma el Dr. Simba Tirima, representante de MSF en Nigeria.
Es urgente aumentar la ayuda humanitaria. MSF pide a las autoridades nigerianas, a las organizaciones internacionales y a los donantes que tomen medidas inmediatas para diagnosticar y tratar a los niños desnutridos con el fin de prevenir complicaciones y muertes asociadas, pero también que se pongan en marcha iniciativas sostenidas a largo plazo para mitigar las causas subyacentes de este urgente problema.
“Llevamos dos años advirtiendo del agravamiento de la crisis de desnutrición. La situación ya fue crítica en 2022 y 2023, pero en 2024 se perfila un panorama aún más sombrío. No podemos seguir repitiendo estos escenarios catastróficos año tras año. ¿Qué hace falta para que se actúe?”, añade el Dr. Tirima.
En abril de 2024, el equipo médico de MSF en Maiduguri, capital del estado de Borno, en el noreste de Nigeria, ingresó a 1.250 niños gravemente desnutridos con complicaciones en el centro hospitalario de nutrición terapéutica, duplicando la cifra de abril de 2023. La capacidad el centro tuvo que ampliarse urgentemente y a finales de mayo acogía a 350 pacientes, superando con creces las 200 camas inicialmente designadas para los meses de julio y agosto, cuando suelen aumentar los casos de desnutrición.
También en el noreste, el centro gestionado por MSF en el hospital de Kafin Madaki, en el estado de Bauchi, registró un aumento del 188% en los ingresos de niños con desnutrición severa durante los tres primeros meses de 2024 en comparación con el mismo periodo de 2023.
En el noroeste de la región, en el estado de Zamfara, los centros de hospitalización de Shinkafi y Zurmi han registrado hasta un 30% más de ingresos en abril en comparación con marzo. El centro de Talata Mafara registró un aumento del 20% en el mismo periodo.
Del mismo modo, en abril, los centros de hospitalización de MSF en grandes ciudades como Kano y Sokoto (en los estados del mismo nombre) registraron aumentos alarmantes, del 75% y el 100% respectivamente. El centro de nutrición terapéutica del estado de Kebbi también documentó un aumento de más del 20% en los ingresos de pacientes hospitalizados entre marzo y abril de 2024.
A pesar de la alarmante situación, la respuesta humanitaria global sigue siendo insuficiente. Otras organizaciones sin ánimo de lucro activas en el norte también están desbordadas. Las Naciones Unidas y las autoridades nigerianas hicieron un llamamiento urgente en mayo por valor de 306,4 millones de dólares para hacer frente a las acuciantes necesidades nutricionales en los estados de Borno, Adamawa y Yobe. Sin embargo, esta cantidad es insuficiente y además no cubre todas las zonas del norte de Nigeria donde las necesidades también superan la capacidad actual de las organizaciones para responder suficientemente.
La catastrófica situación nutricional observada en los últimos años en el norte de Nigeria exige una mayor respuesta. El noroeste del país ha sido persistentemente excluido de la respuesta humanitaria formal y las reducciones en su ya limitada financiación han afectado al suministro crucial de alimentos terapéuticos y suplementarios. Estos suministros no estuvieron disponibles en el estado de Zamfara durante los primeros cuatro meses de este año y ahora sólo lo están en menores cantidades. Esta reducción ha supuesto que sólo sea posible proporcionar tratamiento a los casos de desnutrición más grave, lo que compromete una respuesta eficaz que también aborde la desnutrición en una fase más temprana de su progresión y evite exponer a los niños a un mayor riesgo de mortalidad.
“Estamos alarmados por la reducción de la ayuda en estos momentos críticos. Reducir el apoyo nutricional sólo a los niños gravemente desnutridos es como esperar a que un niño enferme gravemente para prestarle atención. Instamos a los donantes y a las autoridades a aumentar urgentemente el apoyo a los enfoques curativos y preventivos, garantizando que todos los niños desnutridos reciban la atención que necesitan desesperadamente”, afirma el Dr. Tirima.
La persistente crisis de desnutrición en el norte de Nigeria se debe a diversos factores, como la inflación, la inseguridad alimentaria, las insuficientes infraestructuras sanitarias, los continuos problemas de seguridad y los brotes de enfermedades agravados por la baja cobertura vacunal.
La lucha contra la desnutrición aguda en el norte de Nigeria requiere medidas preventivas y curativas. La creación y el fortalecimiento de instalaciones y programas sanitarios capaces de diagnosticar y tratar eficazmente la desnutrición es una medida inmediata necesaria. Además, reforzar los programas de vacunación que pueden ayudar a evitar enfermedades prevenibles mediante vacunas, mejorar el acceso a alimentos nutritivos mediante iniciativas agrícolas y programas de distribución de alimentos, mejorar la situación del agua y el saneamiento y aumentar la concienciación son medidas clave.