Nigeria: la desnutrición infantil aumenta de forma abrumadora en el norte del país
En el estado de Bauchi, el número de pacientes en los centros nutricionales de MSF ha aumentado más de un 120% con respecto al mismo periodo del año pasado. La situación es igualmente grave en muchas otras regiones del norte del país
8 de Agosto, estado de Bauchi, Nigeria. En varios estados del norte de Nigeria, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) están siendo testigos de un aumento sin precedentes de los casos de desnutrición y están ampliando rápidamente su respuesta de emergencia. La organización médico humanitaria ya avisó de esta situación alarmante hace ahora dos meses, alertando de que se estaba produciendo un número récord de ingresos hospitalarios en sus instalaciones, y desde entonces la situación no ha hecho más que agravarse.
La persistente crisis de desnutrición en el norte de Nigeria se debe a diversos factores, como la inflación, la inseguridad alimentaria, las insuficientes infraestructuras sanitarias, los continuos problemas de seguridad y los brotes de enfermedades agravados por la baja cobertura vacunal. Médicos Sin Fronteras advierte una vez más de que la única manera de luchar contra la catastrófica situación nutricional observada en los últimos años en esta región es a través de una mayor implicación del Ministerio de Salud, de las autoridades de los estados afectados en Nigeria, de las organizaciones humanitarias y de la comunidad internacional.
En términos nacionales, teniendo en cuenta la totalidad de proyectos de MSF para combatir la desnutrición en Nigeria, sus equipos han observado cómo las tasas de ingresos hospitalarios por desnutrición aumentaban una media del 40% respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, la organización cuenta con diversos proyectos en el norte del país donde el número de pacientes con desnutrición ha aumentado en más del 120% con respecto al mismo periodo de 2023.
Situación crítica en el estado de Bauchi
En el caso particular del estado de Bauchi, una de las regiones donde la situación se ha tornado más crítica, entre enero y junio de 2024, más de 5.780 niños fueron ingresados en el centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados (ITFC, por sus siglas en inglés) que MSF gestiona en el Hospital General Kafin Madaki, en la gobernación de Ganjuwa, y más de 17.220 fueron tratados en los tres centros locales de alimentación terapéutica ambulatoria (ATFC) con los que cuenta la organización en las localidades de Kafin Madaki, Kafin Liman y Miya. Eso supone un 127% más de ingresos hospitalarios y un 123% más de pacientes en atención ambulatoria que en el mismo periodo de 2023.
"Estamos muy alarmados por el catastrófico aumento de los ingresos por desnutrición que hemos observado en Bauchi durante el primer semestre de 2024. Las cifras que estamos viendo son extremadamente elevadas. Apenas estamos entrando en la temporada alta donde se produce el pico de desnutrición y nuestras instalaciones están ya por encima de su capacidad. Hemos pasado de contar con 45 camas a tener que habilitar espacios para 250. Y tendremos que seguir ampliando", explica Rabi Adamou, coordinadora de MSF en Bauchi.
Además de aumentar la capacidad de camas en el ITCF, MSF ha puesto en marcha un programa integrado en ocho aldeas de la zona para identificar y formar a personas de la comunidad en el diagnóstico y tratamiento precoz de la desnutrición. También se está capacitando a estas mismas personas en el diagnóstico y tratamiento de diarreas y malaria y se está formando a padres, madres y cuidadores para que puedan identificar en sus propias casas, midiendo el perímetro del brazo de sus hijos e hijas, si estos sufren desnutrición.
"Dadas las múltiples causas de la desnutrición, es imperativo que la respuesta sea igualmente integral y abarque múltiples sectores. Esto incluye no sólo el tratamiento, sino también medidas preventivas. Teniendo en cuenta que la población afectada se encuentra muy dispersa geográficamente en un área que es muy extensa, la respuesta debe garantizar un enfoque amplio y multidisciplinar que alcance al mayor número posible de niños", afirma Nathalie Avril, asesora de nutrición de MSF.
MSF lleva prestando apoyo al sistema de salud local en Bauchi desde 2012, respondiendo a brotes de enfermedades epidémicas como el cólera, la difteria y la fiebre de Lassa, proporcionando atención médica, capacitando al personal médico y llevando a cabo actividades de promoción de la salud en las comunidades.
"A pesar de los esfuerzos colectivos, sigue habiendo muchos retos, como el acceso limitado a la atención sanitaria, la falta de personal médico cualificado en los centros de salud y la enorme necesidad de medicamentos y alimentos terapéuticos listos para usar. Es crucial que los representantes del estado de Bauchi, así como las partes interesadas nacionales e internacionales, trabajen juntos y amplíen la respuesta para ayudar a proporcionar esta atención crítica a los niños y sus familias y evitar que sigan aumentando las cifras de desnutrición en los próximos años", concluye Adamou.
Fernando Calero