MSF pide al Consejo de Seguridad que renueve por al menos un año la resolución que permite hacer llegar ayuda al noroeste de Siria
El Consejo de Seguridad de la ONU vota hoy la resolución que mantiene abierto el único paso humanitario oficial hacia Siria y que expira el domingo
Ammán, 9 de enero de 2023.- Médicos Sin Fronteras (MSF) hace un llamamiento al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que renueve y prorrogue la resolución transfronteriza sobre Siria (RCSNU 2642) durante al menos 12 meses, con el fin de permitir que continúe el suministro de ayuda humanitaria al noroeste del país.
"Resulta crucial mantener el flujo de ayuda y detener la crisis humanitaria permanente. Al mismo tiempo, pedimos un apoyo continuo y reforzado para responder a las crecientes necesidades", recalca Francisco Otero y Villar, coordinador general de MSF para Siria. "Millones de personas tendrán menos acceso a alimentos, agua y atención sanitaria si el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no renueva la resolución o si lo hace por menos de 12 meses. El fracaso a la hora de mantener este salvavidas humanitario provocará muertes evitables".
En la actualidad, Bab Al-Hawa es el único paso humanitario abierto hacia el noroeste de Siria, en la frontera con Turquía. Para los 4,4 millones de personas que viven en esta zona de Siria, la ayuda transfronteriza sigue siendo vital, ya que no hay a la vista ninguna alternativa viable para hacer llegar ayuda a esta área. 2,4 millones se benefician directamente de los suministros que entran a través de este paso cada mes.
Tras 12 años de guerra, las necesidades de ayuda humanitaria y atención médica en el noroeste de Siria superan lo que proporcionan las organizaciones humanitarias, incluso con el mecanismo transfronterizo en funcionamiento. La prolongada crisis económica, las hostilidades y la disminución generalizada de la financiación humanitaria a lo largo de los años están debilitando la capacidad de las organizaciones para satisfacer las necesidades de la población, en particular las alimentarias y sanitarias.
Un brote de cólera, que se extiende por Siria desde septiembre y pone en peligro la vida de miles de personas, es la ilustración más reciente de la crisis. Si se produjera una escalada de los combates en el norte del país, se produciría una nueva afluencia de desplazados hacia al noroeste aumentando la carga humanitaria en la región.
En julio, el Consejo de Seguridad renovó la resolución solo por seis meses, tras numerosas rondas de debates después de que Rusia vetara una renovación de un año. Lamentablemente, esta votación crucial sobre Siria se ha convertido en una herramienta de negociación política. La resolución volverá a someterse a votación hoy, y existe el riesgo de que se cierre el último punto de entrada de ayuda humanitaria al noroeste del país.
Si se cierra Bab Al-Hawa, los mecanismos de financiación de muchas organizaciones humanitarias de la zona se complicarán aún más. También pondrá en peligro la continuidad de la prestación de ayuda en el noroeste de Siria. Muchas organizaciones humanitarias internacionales y locales que operan en la zona dependen de fondos comunes vinculados a la resolución transfronteriza. La amenaza siempre latente de que no se renueve la resolución transfronteriza en el Consejo de Seguridad ya crea lagunas para las organizaciones que trabajan en la región. Además, la capacidad de responder a las emergencias también está vinculada a la continuidad de la financiación. A pesar del deterioro de la situación sanitaria y de los más de 1,8 millones de desplazados internos que viven en campos y emplazamientos informales —el 80%, mujeres y niños —, las organizaciones no gubernamentales siguen teniendo dificultades para cubrir la financiación que necesitan.
De no renovarse la resolución, la capacidad de las organizaciones humanitarias para prestar ayuda en el noroeste de Siria se vería considerablemente afectada. Esta incertidumbre en torno a la reorganización del acceso al noroeste de Siria aumentará la presión sobre la respuesta humanitaria actual y afectará a la escala y la calidad de la asistencia médica ofrecida. La mayor parte de los suministros humanitarios de MSF al noroeste de Siria en 2022 han entrado por Bab Al-Hawa.
"Cambiar la forma en que hacemos llegar la ayuda a la región tiene un coste, y repercutirá en la manera en que responden otras organizaciones", explica Francisco Otero y Villar. "El rechazo de la renovación se traduciría en el cierre de los hospitales porque no tendrían fondos para pagar a sus trabajadores, y las clínicas y centros de salud carecerían de medicamentos básicos como la insulina".
Hasta la fecha, el paso fronterizo de Bab Al-Hawa sigue siendo la forma más rápida, eficaz, transparente y económica de hacer llegar suministros de ayuda al noroeste de Siria.
"La prestación de asistencia médica imparcial debe garantizarse allí donde se necesite", afirma Otero y Villar. "No hay elección. Bab Al-Hawa debe permanecer abierto".
Para más información sobre la resolución transfronteriza de Siria, consulte el documento: The necessary renewal of the UN cross border resolution for Syria
The necessary renewal of the UN cross border resolution for Syria.pdf
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Nota para los editores
Crossline: La ayuda humanitaria procedente de las zonas controladas por el Gobierno sirio —conocidas como operaciones crossline— no constituye una alternativa viable. Desde el establecimiento de una ruta alternativa a través de las zonas controladas por el Gobierno de Damasco con la resolución 2585 del CSNU en julio de 2021, el volumen de ayuda enviado a través de esta ruta al noroeste de Siria supone solo el 1,3% del volumen enviado a través del paso de Bab Al-Hawa. Si las operaciones crossline acabaran siendo la única solución, esto podría suponer una presión política para las organizaciones humanitarias sobre dónde podrían operar y a qué grupos de personas podrían ayudar. Si estallan los combates, el acceso de la ayuda humanitaria a través de esta ruta podría peligrar.
La respuesta de MSF
En el noroeste de Siria, MSF presta apoyo a cinco hospitales, incluida una unidad de quemados, además de a quince centros de atención primaria. Además, MSF asiste a cinco puntos médicos, dos centros de enfermedades no transmisibles y once clínicas móviles que atienden a más de 185 campos de personas desplazadas. MSF también lleva a cabo actividades de Agua, Saneamiento e Higiene en 112 campos de desplazados en todo el noroeste, junto con vigilancia epidemiológica basada en la comunidad en unos 40 campos en Idlib y Afrin. Además, MSF está contribuye a la respuesta de emergencia al brote de cólera que se declaró en el norte de Siria el 10 de septiembre mediante el desarrollo de la capacidad de los trabajadores sanitarios, el tratamiento de pacientes en instalaciones especializadas y la implementación de actividades de prevención a nivel comunitario para limitar la propagación.
Desde 2016, MSF ha enviado 8.513 metros cúbicos (el equivalente a llenar casi 3,5 piscinas olímpicas) de ayuda humanitaria al noroeste de Siria —tanto a través de canales humanitarios como comerciales—por un valor de más de 31,2 millones de euros. El 91% de esta ayuda ha consistido en equipos médicos y artículos esenciales para el apoyo a las instalaciones sanitarias de Idlib, Alepo y las zonas circundantes, donde casi 2,9 millones de personas siguen desplazadas y 4,1 millones requieran asistencia, según cifras de la ONU.
Estas actividades en el norte de Siria fueron posibles gracias al mecanismo de ayuda transfronteriza que garantiza la disponibilidad de ayuda médica vital en el país.
Guillermo Algar