Miles de personas damnificadas por las peores inundaciones que se recuerdan en el este de Chad

Yamena (Chad) / Madrid.- 20 de agosto de 2024.- Urge una respuesta rápida y coordinada en la devastada ciudad de Koukou, en la provincia de Sila, al este de Chad, donde miles de personas han huido de las aguas, han buscado refugio en una colina y se enfrentan a una desesperada escasez de alimentos, cobijo, agua potable y atención sanitaria.

Koukou y los pueblos de los alrededores se han visto afectados por fuertes lluvias desde principios de agosto. El uadi¹ Bahr Azoum, que bordea la ciudad, se desbordó el 5 de agosto, provocando la inundación de gran parte de Koukou el día 6.

Fotografías y vídeo en vertical para redes

Audios en inglés de Julie Melichar, coordinadora de MSF en Sila, la provincia más afectada

Recursos en vídeo en horizontal de las inundaciones

El viernes 9 de agosto el agua volvió a subir, pero esta vez con mayor intensidad, lo que provocó unas inundaciones sin precedentes según sus habitantes. La ciudad ha quedado devastada y las aguas han causado estragos entre los habitantes de Koukou y de los pueblos vecinos.

“El agua llegó a gran velocidad y con mucha fuerza”, explica Julie Melichar, coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sila, la provincia más afectada por las inundaciones. “En algunos lugares, la gente ya no podía caminar, tenía que nadar. Hemos visto a gente huyendo, presa del pánico por no poder salir a tiempo. Hemos oído como las casas se derrumbaban a nuestro alrededor. La gente veía cómo sus casas se desplomaban ante sus ojos. Miles y miles de personas se han desplazado de la ciudad a la colina en busca de refugio. Intentaron llevarse lo que pudieron, pero era muy poco”, describe Melichar.

Muchos lo han perdido todo y han quedado atrapadas en una colina sin agua potable, comida ni refugio. Los equipos de MSF informan de que entre los miles de personas del campo improvisado hay muchos niños y niñas, mujeres embarazadas y personas ancianas.

Muchos pozos están inundados y contaminados, y la población se ve obligada a beber agua estancada. Las reservas de alimentos han sido destruidas en una zona donde ya había una crisis alimentaria antes de estas trágicas inundaciones. La gente apenas tiene un lugar donde guarecerse de la lluvia y muchos han sido víctimas de mordeduras de serpiente. El centro de salud y el hospital se han inundado y se ha perdido la mayor parte del equipamiento, los fármacos y los suministros médicos.

MSF realiza un llamamiento a las organizaciones humanitarias para que proporcionen ayuda de emergencia a la población de Koukou y de la región y evalúen las necesidades en las zonas circundantes. Dada la magnitud de las inundaciones, urge encontrar soluciones para llegar a las comunidades afectadas, llevar suministros y dar una respuesta rápida y coordinada.

La alimentación y el refugio son una prioridad inmediata, así como una respuesta eficaz en materia de agua, saneamiento e higiene para reducir el riesgo de brotes de enfermedades. La población puede quedar atrapada durante algún tiempo y existe el riesgo de que el nivel del agua suba aún más.

Todo el personal de MSF y sus familias en Koukou se han visto asimismo afectados por este desastre, pero siguen trabajando para ayudar a la comunidad. En un barco de MSF, la organización y las autoridades locales pudieron rescatar a 296 personas atrapadas por las aguas.

“Los compañeros nos llamaban diciéndonos que estaban flotando en sus casas, pidiéndonos que enviáramos el barco”, relata Melichar. “Las balsas de la gente volcaban y ​ tenía que buscar refugio en los árboles. Durante toda una noche y hasta la mañana nuestro barco estuvo ayudando a rescatar gente”, añade la coordinadora de MSF.

MSF ha instalado una clínica móvil de atención primaria en la colina y está mejorando el acceso al agua potable. Pero este desastre se ha producido en el peor momento posible, cuando tanto las tasas de malaria como de desnutrición están en sus picos estacionales.

“Estamos tratando el paludismo, la diarrea acuosa aguda y las infecciones de las vías respiratorias. También estamos ampliando el sistema de abastecimiento de agua, porque ahora mismo la gente bebe agua contaminada. Pero la gente se enfrenta a la escasez de todo lo que puedas imaginar”, explica Melichar.

“En este escenario me aterra pensar qué tipos de problemas de salud pueden desarrollarse, las epidemias son una amenaza muy real. Estamos muy preocupados. La gente de Koukou necesita que las organizaciones humanitarias acudan en su ayuda, de lo contrario este desastre natural se convertirá en una catástrofe humanitaria”, concluye la coordinadora de MSF.

Desde hace 3 años, MSF lleva a cabo un proyecto piloto de base comunitaria en Sila, donde la comunidad está en el centro de la toma de decisiones estratégicas, participando como socia en igualdad de condiciones. El proyecto de Sila trabaja con la comunidad para organizar la atención preventiva y curativa de las enfermedades más comunes, como desnutrición, malaria, enfermedades respiratorias y diarrea. Al equipar y formar a los trabajadores sanitarios de la comunidad y a las parteras tradicionales, los equipos de MSF acercan la atención médica a las comunidades

Las principales preocupaciones en la colina y en la ciudad de Koukou son:

- Alimentación: la alimentación es una de las principales necesidades inmediatas. La actual temporada de escasez ya sumía a la población en una crisis alimentaria y, ahora, muchas personas han perdido sus reservas de alimentos y sus medios de vida para comprarlos, ya que sus campos fueron devastados y los precios se dispararon.

- Refugio: aunque algunas familias desplazadas en la colina cuentan con mosquiteras y toldos, muchas carecen de ellos y pasan el día y la noche a la intemperie.

- Artículos de primera necesidad: hay necesidad importante de artículos de primera necesidad (incluyendo lonas, mosquiteras, mantas, kits de higiene), aunque parte de la población ha conseguido llevarse consigo algunos artículos como utensilios de cocina.

- Agua, higiene y saneamiento e higiene: la situación es alarmante. En la ciudad se han derrumbado letrinas y fosas sépticas, incluso en el hospital. Existe el riesgo de que las inundaciones hayan contaminado el agua potable y la cantidad de agua apta para consumo es del todo insuficiente. Solo hay un punto de agua, conectado al castillo de la ciudad, al pie de la colina y con poco caudal. Por ello, se puede ver a niños y niñas buscando agua en el uadi. Casi todas las defecaciones se hacen al aire libre.

- Acceso a la atención sanitaria: el hospital y el centro de salud de Koukou quedaron completamente inundados y el acceso a la atención sanitaria es limitado. Los medicamentos y el material quedaron destruidos o fueron arrastrados por las aguas, y el personal se refugió en la colina con sus familias. Incluso después de que el agua se haya retirado de los edificios, habrá que limpiarlos y desinfectarlos. En la colina, donde se ha guarecido la mayoría de los habitantes, no hay más instalaciones sanitarias que la clínica móvil instalado por MSF. Las inundaciones no solo han afectado a las estructuras de la ciudad de Koukou. Según datos del Ministerio de Salud, 12 centros de salud han quedado anegados.

¹ Término árabe empleado para referirse a un valle o río extremadamente seco ubicado en zonas desérticas o semidesérticas por el cual solo discurre agua en la temporada de lluvias.