Médicos Sin Fronteras denuncia la desprotección y la violencia que sufren los miles de migrantes que cruzan cada mes el tapón del Darién, entre Colombia y Panamá
La organización médica refuerza sus equipos en Panamá ante el incremento de llegadas que se ha producido en los últimos meses
Bajo Chiquito, Panamá. 10 de agosto de 2021.
Más de 18.000 personas migrantes llegaron a Panamá desde Colombia en el mes de julio, la cifra más elevada en lo que va de año, superando los más de 11.000 del pasado mes de junio, que también marcaron un récord anual. Son números completamente inusuales, ya que tanto junio como julio están en plena estación de lluvias, cuando cruzar la jungla tropical del Darién se hace todavía más peligroso.
Por ello, MSF ha reforzado sus equipos médicos en Bajo Chiquito, la primera población panameña a la que llegan los migrantes después de días de ardua caminata por las montañas y en las Estaciones de Recepción de Migrantes (ERM) de Lajas Blancas y San Vicente, donde han llegado a ofrecer cerca de 14.000 consultas desde el inicio de su intervención, a finales de mayo.
Testimonios de personas migrantes recogidos en Panamá
PDF - 156 Kb
La intervención de MSF cuenta ahora con 15 trabajadores entre personal médico y de enfermería, de psicología y logistas, que han posibilitado hacer frente al número de consultas médicas demandadas y que en el mes de julio sobrepasó las 6.000 consultas. La mayoría de ellas son producto de laceraciones por caídas, afectaciones cutáneas por picaduras y afectaciones en los pies, fruto de largas caminatas en terreno húmedo y embarrado. Sólo en el mes de julio se ha facilitado la evacuación por urgencia médica a 14 pacientes. Además de las condiciones extenuantes de una ruta en la que hay que atravesar montañas y precipicios y atravesar ríos ahora crecidos por las lluvias, los migrantes continúan relatando cómo son objetivo de bandas criminales que los asaltan, roban sus pertenencias e incluso la comida que llevan para el camino. 88 mujeres han reportado haber sido agredidas sexualmente al ser registradas en busca de dinero y con frecuencia, haber sido objeto de violación.
Los equipos de MSF, además de ofrecer servicios médicos, también disponen de psicólogos que atienden a los migrantes, afectados por lo vivido en la selva, donde en muchas ocasiones relatan encontrarse con cadáveres de personas que han sufrido caídas mortales o se han ahogado en crecidas de ríos. En total, los psicólogos de MSF han atendido 411 consultas individuales y 154 en grupo de salud mental.
“Seguimos siendo testigos del enorme flujo de migrantes por el Tapón del Darién, pero lo que nos indigna es seguir siendo testigos del nivel de desprotección de esta población, que sufre ataques y agresiones sexuales en el camino. Es por ello que pedimos a los gobiernos involucrados, de Colombia y Panamá, protección para la población migrante en una ruta que sea segura”, explica coordinador de terreno de MSF en Panamá, Raúl López.
Fernando Calero