Más de 30.000 personas necesitan ayuda urgente en Monguno, Nigeria

La llegada de la temporada de lluvias es inminente. Para evitar una catástrofe, se debe ampliar de forma urgente la respuesta humanitaria en materia de refugio, agua, saneamiento, comida, protección y atención médica

Monguno, 5 de abril de 2019. Las más de 30.000 personas que huyeron a la ciudad de Monguno tras los enfrentamientos de finales de diciembre en el estado de Borno necesitan de forma urgente refugio, agua, saneamiento, comida, protección, atención médica y apoyo en salud mental, advierte Médicos Sin Fronteras (MSF).

“Las necesidades humanitarias de esta población no se están cubriendo adecuadamente y se necesita de forma inmediata una mejor coordinación entre el gobierno de Nigeria, las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales para ampliar la respuesta de la ayuda en Monguno. El inicio de la temporada de lluvias está previsto para mayo, por lo que resulta indispensable que se pongan todos los medios necesarios para evitar que se produzca una situación catastrófica”, explica Luis Eguiluz, coordinador general de MSF en Nigeria.

En los últimos diez años, la población en el estado de Borno se ha visto atrapada en una espiral de violencia, desplazamiento e inseguridad. La salud de la población está en riesgo debido a las condiciones de vida extremas que tienen que soportar. Los últimos enfrentamientos han vuelto a obligar a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares, campos de cultivo y medios de subsistencia, condenándoles a tener que luchar por sobrevivir con muy pocos recursos.

“Las 30.000 personas que han llegado a Monguno en los últimos tres meses huyeron de sus localidades de origen dejándolo todo atrás”, explica Eguiluz. “Vienen de zonas donde podían cultivar. Ahora, duermen en la calle o en cualquier lugar donde logran encontrar un espacio para asentarse; están hambrientos, sedientos y expuestos a temperaturas que son muy altas durante el día y muy bajas durante la noche”.

Un problema importante en Monguno es la falta de terreno para construir refugios para los recién llegados. No tienen espacio para asentarse y viven y duermen en medio de la calle desde hace semanas, incluso meses. MSF, junto a otras organizaciones humanitarias, ha construido refugios en diferentes campos y cuenta con los recursos para ofrecer refugios a más personas desplazadas: sus equipos han instalado hasta el momento 100 tiendas de campaña y están listos para colocar otros 700 refugios adicionales.

“La situación actual en la que están estas personas, durmiendo al raso en lugar de en campos o con la comunidad local, ​ aumenta el riesgo de que puedan sufrir abusos. La mayoría de ellas pertenecen a grupos de población especialmente vulnerables -mujeres, niños y ancianos-, ​ lo cual hace necesario que se lleve a cabo un esfuerzo todavía mayor en materia de protección”, afirma Egiluz.

Hajja Bukar, de 35 años, llegó recientemente a Monguno. Durante los últimos años, Hajja se ha visto forzada a desplazarse varias veces por al conflicto. Ella y sus cuatro hijos se instalaron en uno de los campos de desplazados de la ciudad, en un refugio rudimentario hecho de palos y ropa. “Sobrevivimos haciendo pequeños trabajos, como lavar los platos. Mientras, los hombres a veces van al monte y recogen leña para venderla”, explica Hajja.

Las pobres condiciones de vida, el escaso saneamiento y la falta de agua potable aumentan el riesgo de que las personas desplazadas en Monguno contraigan enfermedades prevenibles como la neumonía, la diarrea y la malaria. Debido al reducido número de letrinas disponibles, la mayoría de las personas en Monguno se ven obligadas a defecar en áreas abiertas que probablemente se inundarán durante la temporada de lluvias, lo que empeorará las condiciones de salud de las personas desplazadas.

MSF gestiona un área de urgencias para adultos, con una capacidad de 10 camas, en un centro del Ministerio de Salud en Monguno. Sus equipos brindan también apoyo en salud mental a los desplazados. El pasado febrero, tras un incendio accidental en un campo de desplazados situado en un antiguo estadio, en el que hay hasta 850 familias desplazadas, MSF distribuyó 500 kits de artículos de primera necesidad, incluidas esterillas, lonas, mantas, bidones para agua, utensilios de cocina y artículos de ​ higiene.

MSF trabaja en Nigeria desde 1996. Sus equipos están de forma permanente en el estado de Borno desde 2014. Proporcionan atención médica de urgencia en el noreste de Nigeria, con proyectos en las localidades de Gwoza, Maiduguri, Monguno, Ngala, Pulka y Damaturu. Al mismo tiempo, los equipos de emergencia de MSF responden a brotes epidémicos y otras necesidades humanitarias urgentes.

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