Líbano: los bombardeos israelíes provocan un desplazamiento sin precedentes y necesidades humanitarias urgentes
MSF moviliza equipos en todo el país para prestar apoyo médico y psicosocial urgente a las personas desplazadas
Beirut, 4 de octubre de 2024.- Líbano vive la mayor escalada del conflicto desde la guerra de 2006, con cerca de 1.300 muertos en 16 días, entre el 16 de septiembre y el 1 de octubre, según el Ministerio de Salud Pública libanés. Los intensos bombardeos israelíes han obligado a más de un millón de personas a huir de sus hogares, según las autoridades nacionales. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha ampliado su respuesta de emergencia y ha movilizado equipos en todo el país para prestar apoyo médico y psicosocial urgente a las personas desplazadas.
En las primeras horas del lunes 23 de septiembre, el ejército israelí lanzó una operación militar a gran escala, dirigida contra docenas de ciudades de las gobernaciones libanesas, entre ellas Líbano del Sur, Nabatieh, Baalbek-Hermel, y los densamente poblados suburbios del sur de Beirut. Nuevos bombardeos el 27 de septiembre provocaron desplazamientos masivos de estas zonas, así como de partes de Monte Líbano, ya que los residentes buscaban seguridad en otros lugares.
Hasta el 29 de septiembre, las autoridades libanesas calculaban que más de un millón de personas habían sido desplazadas, principalmente del sur del Líbano y de los suburbios del sur de Beirut, densamente poblados. Los intensos bombardeos han obligado a muchas personas a huir en múltiples ocasiones, incluso desde que comenzaron los enfrentamientos en octubre de 2023, a menudo con poco tiempo para reunir pertenencias básicas.
En todo el Líbano hay actualmente 875 refugios, de los que más del 70% ya están llenos, según las autoridades nacionales. La mayoría de los desplazados necesitan ayuda urgente, ya que han huido sin artículos de primera necesidad, mientras que las comunidades y los refugios que los acogen también necesitan ayuda urgente.
“Las familias huyen de sus hogares en busca de seguridad. Muchas de ellas buscan abrigo en refugios mal preparados y abarrotados”, afirma la Dra. Luna Hammad, coordinadora médica de MSF en Líbano. “Las personas desplazadas son muy vulnerables -niños, ancianos y personas con discapacidades físicas- y viven en condiciones terribles, con acceso limitado a agua potable, saneamiento y servicios sanitarios básicos. Las necesidades son enormes”.
Respuesta de MSF: clínicas móviles, ayuda esencial y apoyo en salud mental
En respuesta a la grave situación, MSF ha ampliado su respuesta de emergencia y ha enviado varios equipos médicos móviles, con médicos, enfermeros, psicólogos, asesores y promotores de salud, a escuelas y otros refugios de todo el país. Estos equipos ya han realizado más de 1.780 consultas de medicina general durante la última semana y siguen prestando asistencia a personas y familias desplazadas, y hay más equipos en camino para llegar a las zonas que necesitan apoyo.
Además, MSF está donando artículos esenciales como colchones, mantas y kits de higiene a familias desplazadas en lugares como Sidón, Trípoli y varios sitios en Beirut y Monte Líbano. La organización también está distribuyendo comida y agua potable, así como grandes cantidades de agua para lavar en los refugios de Beirut y Monte Líbano para garantizar las normas básicas de higiene en estructuras que a menudo no están equipadas para albergar a personas. Hasta el 2 de octubre, MSF había donado 6.523 kits de higiene, 16.118 litros de agua potable, 643 colchones, 699 mantas, 7.000 litros de combustible a hospitales y 713.000 litros de agua a refugios de todo el país.
Para apoyar a las instalaciones sanitarias, MSF ha repartido más de 10 toneladas de material médico que había preposicionado en hospitales desde principios del pasado noviembre. MSF ha enviado una unidad médica móvil para prestar atención primaria, primeros auxilios psicológicos y promoción de la salud a las comunidades desplazadas y afectadas del sur del Líbano. Los equipos también han impartido formación sobre cómo gestionar la atención de víctimas en masa a 117 profesionales sanitarios de hospitales de todo el país.
Comunidades desplazadas y traumatizadas
En Baalbek-Hermel, donde MSF lleva más de 13 años con dos clínicas de atención primaria, la reciente escalada de violencia obligó a cerrar una de ellas debido a los intensos bombardeos, mientras que la de Arsal siguió funcionando con capacidad limitada. A pesar de las difíciles condiciones, los equipos suministraron medicamentos esenciales para pacientes con enfermedades crónicas, con el objetivo de abastecer una reserva para dos meses. Muchos de los empleados de MSF en la gobernación, como miles en todo el país, siguen refugiados mientras los ataques aéreos caen a su alrededor. La clínica de MSF de Burj al Barajneh, al sur de Beirut, también ha cerrado debido a los bombardeos de la zona.
Los equipos médicos móviles de MSF sobre el terreno en Beirut, Monte Líbano y Trípoli atienden a pacientes con enfermedades crónicas que huyeron de sus casas sin sus medicamentos y llevan días sin poder acceder a tratamiento.
“Muchos de los desplazados son niños”, añade la Dra. Hammad, “que sufren traumas por la violencia, el miedo a los bombardeos y la pérdida de sus hogares.”
Los equipos de salud mental de MSF son testigos de inmensas necesidades de apoyo psicológico y psicosocial. Los psicólogos y promotores de salud mental de la organización prestan primeros auxilios psicológicos a las personas desplazadas, mientras que las líneas telefónicas de ayuda reciben más de 100 llamadas diarias de personas que luchan contra los crecientes problemas de salud mental en medio del miedo y el desplazamiento.
Protección de la población civil y del personal sanitario
MSF está seriamente preocupada por la actual campaña de bombardeos, que en gran parte tiene como objetivo zonas urbanas densamente pobladas. Instamos a que se proteja a la población civil, al personal sanitario, a las instalaciones médicas y a las ambulancias. Según la OMS y el Ministerio de Salud Pública, más de 50 miembros del personal sanitario han muerto en los enfrentamientos desde el pasado octubre. Muchos miembros del personal de MSF en Líbano están desplazados; algunos han perdido a seres queridos o tienen familiares heridos.
“Arriesgamos nuestras vidas para salir”, dice Jabine, una ciudadana que huyó de Jibsheet, en el sur del Líbano, y que ahora se refugia en un edificio de oficinas abandonado cerca del centro de Beirut. Ella es una de las más de 3.500 personas que se refugian actualmente en estas estructuras, donde hasta 30 personas comparten un solo cuarto de baño, y muchas siguen esperando que se les asignen habitaciones. Muchos de los refugios son estructuras abandonadas o escuelas improvisadas que carecen de servicios básicos, y algunos no tienen puertas ni ventanas que protejan a la gente de las inclemencias del tiempo.
La crisis actual ha ejercido una inmensa presión sobre la capacidad de respuesta humanitaria y sanitaria de Líbano, ya de por sí debilitada por años de crisis económica.
Con muchas personas todavía en la calle, en descampados e incluso buscando refugio en la playa de Beirut, las necesidades humanitarias siguen aumentando. A medida que se acerca el invierno, las duras condiciones ponen a estas personas en una situación de riesgo aún mayor. Los equipos de MSF en Líbano trabajan sin descanso para prestar apoyo médico y psicosocial urgente a los afectados.