Israel prosigue su campaña de limpieza étnica en Gaza emitiendo continuas órdenes de desplazamiento forzoso
MSF denuncia que Israel está haciendo uso de esta estrategia de atrapar a los civiles en espacios cada vez más reducidos para desgastar psicológica y físicamente a la población gazatí
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Jerusalén, 27 de mayo de 2025.- Las fuerzas israelíes siguen emitiendo de forma sistemática y con muy poca antelación órdenes de desplazamiento forzoso para la población gazatí, convirtiendo la Franja de Gaza en un auténtico infierno en la tierra. Los bombardeos incesantes, el bloqueo casi total de la ayuda y las órdenes de desplazamiento obligan a cientos de miles de personas a huir y a quedarse atrapadas en espacios cada vez más reducidos. El estado de alerta constante y la imprevisibilidad de las órdenes de desalojo tienen consecuencias devastadoras para la salud mental de la población, según informa Médicos Sin Fronteras (MSF). El desplazamiento masivo y forzoso de población mediante estas órdenes de desalojo debe terminar de inmediato.
"Las fuerzas israelíes están destruyendo todos los medios de vida de los palestinos en Gaza mediante una guerra psicológica y física que cruel y despiadada. Los desplazamientos forzados forman parte de la campaña de limpieza étnica llevada a cabo por las fuerzas y autoridades israelíes contra la población palestina. No tienen adónde ir", denuncia Claire Manera, coordinadora de emergencias de MSF.
Desde el inicio de la guerra, los palestinos se han visto obligados a desplazarse sistemáticamente, muchos de ellos teniendo que huir en múltiples ocasiones para salvar la vida. Con 31 órdenes de desalojo emitidas desde que Israel rompió el alto el fuego el 18 de marzo, los implacables desalojos forzosos han atrapado a los palestinos en un ciclo interminable de sufrimiento. El 19 de mayo, una sola orden de desalojo a gran escala en Jan Yunis afectó al 22% de la población de la Franja, lo que afectó a más de 70 miembros del personal de MSF, mientras que otra orden emitida el 26 de mayo afectó al 40% del centro y el sur de Gaza.
"Nuestros compañeros están desesperados", afirma Omar Alsaqqa, responsable de logística de MSF. "No quedan tiendas de campaña ni espacio para que la gente se instale. No sé qué responder cuando mis compañeros me preguntan dónde pueden ir con sus hijos en mitad de la noche. Se nos están agotando las opciones para permanecer con vida".
Estas órdenes de desplazamiento y las zonas militares prohibidas cubren ahora alrededor del 80% de Gaza, sin que ninguna zona haya quedado a salvo de los ataques. El 26 de mayo, los equipos de MSF atendieron a 17 pacientes tras un ataque muy cerca de su centro de salud de Jan Yunis, en el centro de Gaza, justo en la zona a la que se supone que debe desplazarse la población. Las personas evacuan las zonas y vuelven a ser bombardeadas cuando llegan a lo que debería ser, según Israel, un 'refugio seguro'. Desde que Israel rompiera unilateralmente el alto el fuego, el pasado 18 de marzo, unas 616.000 personas se han visto desplazadas de nuevo, según la OIM.
Entrevista a Iman Abu Shawish, supervisora de salud mental de MSF en Gaza.pdf
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"Desperté a mis hijos y les dije que teníamos que salir un rato. Empezaron a llorar. Cogieron sus mochilas. Yo estaba aterrorizada, pero intenté mantener la calma, aunque mi corazón latía con fuerza por el miedo", explica Asmaa Abu Asaker, coordinadora de MSF, tras la orden de desalojo dictada en su barrio.
Estas órdenes son impredecibles y se dan con plazos ridículamente cortos, lo que pone a la gente en una situación imposible. La gente recibe folletos, mensajes en las redes sociales o una llamada telefónica sobre un ataque inminente, lo que les deja poco tiempo para recoger sus pertenencias y buscar refugio. El mero hecho de obligar a la gente a huir repetidamente, a menudo en mitad de la noche, sin tener adónde ir y arriesgando sus vidas, no solo tiene un impacto físico, sino que también causa un enorme desgaste psicológico.
Las órdenes de desplazamiento y las zonas militares prohibidas cubren ahora alrededor del 80% de Gaza, sin que ninguna zona haya quedado a salvo de los ataques.
"Esta vez no quiero hacer las maletas. Ni bolsas, ni papeles, ni nada. No sé por qué, quizá mi mentalidad no es la adecuada, pero no puedo procesar mentalmente la idea de volver a abandonar mi hogar", afirma Sabreen Al-Massani, psicoterapeuta de MSF que ha sido desplazada en múltiples ocasiones. "Es una nueva lucha diaria; ahora el reto consiste en cómo lograr sobrevivir sin comida, sin harina. Antes, tenía mi propia vida, iba de casa al trabajo, del trabajo a casa; una vida normal. De repente, tuve que compartir mi vida con personas desconocidas en un entorno hostil, sin acceso a las necesidades básicas, buscando agua y un lugar donde cargar el teléfono. Luego vino otra evacuación: toda nuestra zona fue bombardeada".
Ataques sin aviso previo
Las órdenes de desplazamiento obligan a los palestinos a apiñarse en zonas cada vez más reducidas, pero a veces ni siquiera ocurre eso: las fuerzas israelíes también atacan regularmente sin emitir orden alguna de desplazamiento. El 9 de abril, más de 20 personas murieron en un ataque que tuvo como objetivo un bloque residencial de siete edificios en la ciudad de Gaza. Entre los fallecidos se encontraban las familias de dos trabajadores de MSF que estaban trabajando cuando se produjo el ataque y que más tarde se enteraron de que sus seres queridos habían quedado sepultados bajo los escombros.
"Estamos en estado de alerta constante. No podemos dormir por la noche sabiendo que podríamos ser los siguientes", cuenta Sabreen Al-Massani, psicoterapeuta de MSF
"Estamos en estado de alerta constante; podemos recibir una notificación para huir en cualquier momento. No podemos dormir por la noche sabiendo que podríamos ser los siguientes", dice Al-Massani, describiendo cómo las órdenes de desalojo están afectando gravemente a la salud mental y al estado de ansiedad de los palestinos.
MSF pide a las fuerzas israelíes que pongan fin de inmediato al desplazamiento forzoso de personas y a la campaña de limpieza étnica contra los palestinos en Gaza. También pide a los aliados de Israel que dejen de prestarle su apoyo y dejen de ser cómplices de esta atrocidad.
Fernando Calero