Israel debe poner fin a su campaña de muerte y destrucción en Gaza

La estrategia militar de Israel de lanzar ataques en zonas densamente pobladas conduce inevitablemente a la matanza masiva de civiles

Desplazados entre edificios destruidos por la incesante violencia y los bombardeos en Gaza. 6 de mayo de 2024. © MSF
Desplazados entre edificios destruidos por la incesante violencia y los bombardeos en Gaza. 6 de mayo de 2024. © MSF

Jerusalén, París, Bruselas, Barcelona, 28 de mayo de 2024.- En vísperas de la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tras el ataque de Israel a los campos de desplazados en las designadas como “zonas humanitarias” en el sur de Gaza, Médicos Sin Fronteras (MSF) pide el fin inmediato de la ofensiva de Rafah y de las atrocidades que se están cometiendo en toda la Franja de Gaza. La estrategia militar de Israel de lanzar repetidamente ataques en zonas densamente pobladas conduce inevitablemente a la matanza masiva de civiles.

La población civil está siendo masacrada. Están siendo empujados a zonas que se les dijo que serían seguras sólo para ser sometidos a incesantes ataques aéreos y a fuertes ataques terrestres”, afirma Chris Lockyear, secretario General de MSF. “Familias enteras, compuestas por docenas de personas, se hacinan en tiendas de campaña y viven en condiciones extremadamente difíciles. Más de 900.000 personas han vuelto a ser desplazadas forzosamente desde que las fuerzas israelíes intensificaron su ofensiva sobre Rafah a principios de mayo”.

Hoy, 28 de mayo, 21 palestinos más han muerto y 64 han resultado heridos, según las autoridades sanitarias locales, después de que las fuerzas israelíes bombardearan otro campo de desplazados en Al Mawasi, al oeste de Rafah, en el sur de Gaza.

El personal médico y los pacientes de un punto de estabilización de trauma de MSF en Tal al Sultan, en Rafah, también se vieron obligados a huir la noche del 27 de mayo, al intensificarse las hostilidades en la zona, lo que supuso el cese de todas las actividades médicas en el centro. Esta evacuación forzosa de otro centro sanitario se produce 24 horas después de que las fuerzas israelíes llevaran a cabo un ataque aéreo en lo que habían designado como “zona segura”, matando al menos a 49 personas e hiriendo a más de 250. El personal del punto de estabilización registró una afluencia masiva de 180 heridos y 31 muertos, con pacientes que sufrían quemaduras graves, heridas de metralla, fracturas y otras lesiones de trauma. Estos pacientes fueron estabilizados y derivados a hospitales de campaña situados hacia Al Mawasi, más al oeste, ya que no quedan hospitales de trauma en funcionamiento capaces de hacer frente a un incidente de este tipo, con víctimas en masa.

“Durante toda la noche oímos enfrentamientos, bombardeos y lanzamiento de proyectiles. Nadie sabe qué está pasando exactamente”, dice la Dra. Safa Jaber, ginecóloga de MSF que vive en el campo de desplazados de Tal Al Sultan con su familia. “Tenemos miedo por nuestros hijos y por nosotros mismos. No esperábamos que esto ocurriera de repente. ¿Adónde iremos? Luchamos por encontrar lo básico que todo ser humano necesita para seguir vivo”.

La semana pasada, la Corte Internacional de Justicia ordenó a Israel que detuviera “inmediatamente” su ofensiva militar en Rafah, permitiera la entrada de la ayuda humanitaria que tanto se necesita y garantizara que llegara a quienes la necesitan. Pero la ofensiva israelí en el sur de Gaza se ha intensificado desde entonces. Desde el 6 de mayo no ha entrado en el enclave ninguna cantidad significativa de ayuda, y ha continuado la pauta de ataques sistemáticos contra la asistencia sanitaria. Todos los países que apoyan las operaciones militares de Israel en estas circunstancias son moral y políticamente cómplices. Pedimos a los países, en particular a Estados Unidos, Reino Unido y los Estados miembros de la Unión Europea aliados, que hagan todo lo que esté en su mano para influir en Israel para que ponga fin al asedio en curso y a los continuos ataques contra la población civil y las infraestructuras civiles de Gaza.

Después de casi ocho meses de guerra, ya no queda en Gaza ni un solo centro sanitario con capacidad para atender un incidente con víctimas en masa como el del 26 y 27 de mayo. El cierre del punto de trauma de Tal Al Sultan, apoyado por MSF, se produjo tras un ataque aéreo ese mismo día contra el hospital kuwaití de Rafah, en el que murieron dos trabajadores y el hospital quedó fuera de servicio. Casi todos los hospitales de Rafah han sido evacuados por la fuerza y están fuera de servicio o apenas funcionan, por lo que no hay posibilidad de acceder a la atención médica. ​ ​

“Cientos de miles de civiles están siendo sometidos a una brutal e implacable demostración de castigo colectivo”, afirma Karin Huster, responsable médica de MSF en Gaza. “Junto con los bombardeos, los graves bloqueos de la ayuda están haciendo imposible que podamos ayudar de forma significativa. También está muriendo gente porque se impide a los trabajadores humanitarios hacer su trabajo”.

Los bombardeos israelíes y los intensos combates también siguen devastando el norte del enclave, casi inaccesible para los trabajadores humanitarios. Los hospitales del norte están bajo el fuego y han sido objeto de grandes destrucciones, entre ellos los hospitales de Al Awda y Kamal Adwan, este último bombardeado hoy mismo por las fuerzas israelíes. Otros hospitales, como el de Al Aqsa, en Deir al Balah, y el de Nasser, en Jan Yunis, han informado de escasez de combustible y es posible que pronto dejen de funcionar.

Exigimos a todas las partes beligerantes que respeten y protejan las instalaciones médicas, a su personal y a los pacientes.

Exigimos a Israel que detenga inmediatamente su ofensiva sobre Rafah y abra el paso fronterizo de Rafah para permitir la entrada de ayuda humanitaria y médica a gran escala.

Exigimos un alto el fuego inmediato y duradero en toda la Franja.


“Aquí no hay ninguna zona segura después de lo que ocurrió anteayer con la quema de tiendas”

Transcripción del testimonio de la doctora Safa Jaber, ginecóloga en Tal Al Sultan.

00:01-00:08

Hoy, 28 de mayo, la situación en Tal Al Sultan es muy crítica.

00:09- 00:12

Trabajo como ginecóloga y actualmente me encuentro en la zona de Tal Al Sultan.

00:14-00:23

No pudimos dormir en toda la noche (gracias a Dios de todos modos). Toda la noche oímos los enfrentamientos, los bombardeos y el ruido de los proyectiles.

00:24- 00:28

Nadie sabe qué está pasando exactamente.

00:28- 00:35

Hay enfrentamientos en dos lugares diferentes de la zona de Tal Al Sultan, en el norte y en el sur.

00:37-00:49

No tengo palabras, ni siquiera puedo describir lo que está ocurriendo. Tenemos miedo por nosotros mismos, por nuestros hijos. No esperábamos que esto sucediera tan de repente.

00:50 -00:58

Desgraciadamente, hoy no he podido ir a trabajar porque estoy empaquetando lo necesario para mí y mis hijos para trasladarnos a (otro) lugar.

00:58- 1:04

Estoy con el resto de mi familia -unas 15 personas- que se refugian aquí.

01:05-01:12

La situación es muy difícil. Mi hermana acaba de dar a luz y tiene un bebé recién nacido. Todo el mundo está aterrorizado.

01:13-01:19

¿Adónde debemos ir? Nos dirigimos a la llamada “zona segura”.

1:19- 1:25

Pero aquí no hay ninguna zona segura después de lo que ocurrió anteayer con la quema de tiendas.

01:26-01:32

Hacemos el esfuerzo de ir a los espacios seguros que anuncian, y al final no son seguros.

01:33- 01:38

Nos obligan a permanecer en tiendas de campaña, donde estaremos expuestos al calor, a la arena.

1:38 - 1:53

Tenemos que luchar para encontrar agua todos los días; tanto agua limpia como salada; los servicios básicos que todo ser humano necesita para mantenerse con vida. La situación es muy miserable.


“Tanques y fuerzas de tierra israelíes han sido vistos por nuestros compañeros palestinos dentro del centro de estabilización de pacientes, por lo que hemos decido cerrarlo. Miles y miles de personas están caminando por la carretera que va en dirección a la playa para huir del oeste de Rafah”

Transcripción del testimonio de Karin Huster, responsable médica de MSF en Gaza

“El centro de estabilización de pacientes abrió el 14 de mayo en el oeste de Rafah en previsión de que se produjese una intensificación de los ataques por parte de Israel, tal y como ha ocurrido. En la noche del 26 de mayo tuvieron lugar varios ataques que provocaron llegadas masivas de heridos a este centro médico. Uno de ellos fue dentro de un campo de desplazados que estaba ubicado en un área supuestamente segura, cerca de una de las bases logísticas de UNRWA.

A lo largo de la noche recibimos más de 180 pacientes que conseguimos estabilizar y referir a los pocos centros médicos que continúan operativos, pero, tristemente, también recibimos 28 personas que murieron durante el traslado. Muchos de los cuerpos estaban totalmente calcinados antes de poder ser reconocidos.

Anoche, la noche del 27, las actividades militares continuaron intensificándose. Tanques y fuerzas de tierra israelíes han sido vistos por nuestros compañeros palestinos dentro del centro de estabilización de pacientes, por lo que hemos decido cerrarlo. Afortunadamente hemos podido referir a todos los pacientes a hospitales y nuestros compañeros han sido evacuados de forma segura.

Las fuerzas de Israel están llevando a cabo fuertes ataques en el oeste de la ciudad de Rafah. Varias áreas, incluidas algunas cerca de hospitales, han sido bombardeadas hoy. La situación es absolutamente caótica. Miles y miles de personas están caminando por la carretera que va en dirección a la playa para huir del oeste de Rafah hacia la zona central, en Jan Yunis y Deir Al Balá, zonas que también han sido fuertemente atacadas por Israel en los meses pasados, por lo que no tienen condiciones para acoger a todas estas personas que huyen de Rafah y ofrecerles nada.

Tenemos que recordar que miles de civiles están siendo sometidos a un brutal y despiadado castigo colectivo. Además del sufrimiento que provocan los bombardeos, también están sufriendo las consecuencias del bloqueo de la ayuda. No podemos olvidar eso. Es imposible ayudarles en estas condiciones. La gente está muriendo no solo por las bombas, sino también por el hecho de que no se está permitiendo que los trabajadores humanitarios podamos prestarles ayuda.

Desde hace casi tres semanas no hemos recibido suministros en nuestros hospitales o clínicas. La derivación de pacientes por ambulancia es muy complicada. Los trabajadores sanitarios deberíamos poder decidir si un paciente tiene que ser derivado a un centro que disponga de un nivel superior de atención médica, pero no estamos pudiendo hacerlo”. ​

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