Grecia: golpeadas, desnudadas y devueltas al mar
Personas refugiadas y solicitantes de asilo son recibidas en las islas griegas del Egeo con agresiones, malos tratos y devoluciones forzosas en la frontera de Europa
Atenas/Madrid/Bruselas/Ginebra, 2 de noviembre de 2023.- Las personas que buscan seguridad en Europa son recibidas en las islas griegas del mar Egeo con agresiones, tratos degradantes y violencia física. Los malos tratos incluyen ser fuertemente esposados, golpes, registros desnudos, confiscaciones de sus pertenencias y devoluciones forzosas al mar según un informe que publica hoy Médicos Sin Fronteras (MSF). El informe, titulado ‘A la vista de todos: El coste humano de las políticas migratorias y las prácticas violentas en las fronteras marítimas griegas’, recopilada información recogida por sus equipos médicos en Lesbos y Samos desde agosto de 2021 a julio de 2023.
Basado en los testimonios de 56 pacientes y en los datos y observaciones médicas de MSF, el informe revela la atroz acogida que reciben las personas que buscan refugio en Europa. Muchas de ellas huyen de la violencia y la persecución en sus países de origen y ya han padecido viajes peligrosos y, a menudo, traumáticos para llegar tan lejos.
Testimonios de pacientes de MSF en Lesbos y Samos
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Informe ‘A plena vista El coste humano de las políticas migratorias y las prácticas violentas en las fronteras marítimas griegas’ ENG.pdf
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Algunos pacientes afirman haber sido recibidos con violencia incluso antes de llegar a tierra. "En cuanto entramos en aguas griegas, una pequeña embarcación gris se dirigió hacia nosotros", cuenta Fátima [nombre ficticio]. "Un hombre vestido de negro con la cara cubierta saltó a nuestra barca. Tenía un palo en la mano y empezó a golpear a la persona que tenía delante. Luego desmontó el motor y lo tiró al agua. Nos quedamos en medio del mar sin motor", relata.
Otros pacientes de MSF describen cómo, tras llegar a Lesbos o Samos en pequeñas embarcaciones, fueron interceptados por individuos uniformados u hombres enmascarados no identificados y sometidos a tratos degradantes y violentos, como inmovilizarles las muñecas o los tobillos con bridas de plástico, golpearles con porras y palos, insultarles verbalmente y obligarles a someterse a cacheos intrusivos delante de desconocidos.
Algunos pacientes relataron que les confiscaron sus pertenencias, incluidos teléfonos móviles, dinero y medicamentos, antes de obligarlos a subir a embarcaciones, llevarlos de nuevo al mar, transferirlos a balsas salvavidas para, posteriormente, dejarlos a la deriva, una práctica ilegal conocida como ‘pushback’1.
"La arrastraron por el suelo... Las ataron así [juntando las muñecas delante del cuerpo], también ataron a la mujer embarazada. Incluso a otra señora le pisaron en el estómago y la golpearon". Elisabeth [nombre ficticio] describió cómo esposaron y golpearon a las personas de su grupo, incluida una mujer embarazada.
En los últimos dos años, los equipos de MSF en Lesbos y Samos han prestado asistencia médica a 7.904 personas, 1.520 de ellas niños, poco después de su llegada a las islas. Muchas de las recién llegadas se encontraban en un estado de angustia emocional, además de agotadas, mojadas, sedientas, hambrientas, expuestas a calor o frío extremos y cubiertas de heridas y hematomas, al parecer como consecuencia de la violencia o huyendo de esta.
Entre ellas había mujeres en avanzado estado de gestación, recién nacidos, menores no acompañados y ancianos. Los médicos de MSF han tratado a 557 personas por lesiones físicas causadas por ahogamientos, quemaduras por combustible, violencia física o caídas al escalar o tratar de escapar de agentes uniformados y/o individuos enmascarados. También han tratado a pacientes con signos de deshidratación, hipoglucemia, hipotermia, agotamiento.
El estrés acumulado por múltiples experiencias violentas tiene un impacto devastador a largo plazo en la salud mental. En este periodo, los equipos de salud mental de MSF realizaron 8.621 consultas psicológicas y psiquiátricas en las que a menudo observaron cómo experiencias pasadas en los países de origen y durante el viaje, agravadas por actos humillantes y deshumanización, despojan a las personas de su dignidad y autoestima, empeorando los traumas existentes y dejando secuelas emocionales duraderas. Algunos pacientes padecen trastorno de estrés postraumático como resultado directo de sus experiencias al llegar a Grecia.
"La mayoría de estas personas huyeron de países con altos índices de violencia y persecución", afirma Sonia Balleron, coordinadora general de MSF en Grecia. "Muchas sobrevivieron a viajes horribles, en los que sufrieron heridas de guerra, violencia sexual y trata de personas. Para estas personas, ya de por sí vulnerables, la violencia y los malos tratos en la frontera agravan aún más las consecuencias médicas y psicológicas de sus terribles experiencias".
Esto sucede mientras la prestación general de asistencia humanitaria en las islas del Egeo se lleva a cabo en un clima de sospecha y criminalización, tanto de los trabajadores humanitarios como de las personas a las que intentan asistir. Las organizaciones de la sociedad civil y las agencias de ayuda se encuentran con que las autoridades helenas bloquean sus actividades y corren el riesgo de ser procesadas.
"Instamos al Gobierno griego y a los líderes europeos a tomar medidas inmediatas para garantizar que las personas que buscan protección en Grecia sean tratadas con humanidad y dignidad", reclama el presidente internacional de MSF, el Dr. Christos Christou. "Esto incluye poner fin al clima de impunidad de quienes cometen actos violentos contra las personas que buscan protección, de conformidad con la legislación europea e internacional. También pedimos que se ponga fin de forma permanente a las devoluciones en las fronteras, que se establezca un sistema de vigilancia independiente en las islas del Egeo y que se intensifiquen las operaciones marítimas de búsqueda y rescate. Por último, reclamamos que las personas que buscan protección tengan acceso a procedimientos de asilo justos y a asistencia médica y humanitaria a su llegada".
1 Conjunto de prácticas coercitivas y a menudo violentas empleadas por los Estados sobre las personas que solicitan protección internacional o para expulsarlas por la fuerza del territorio del Estado. En el informe, MSF utiliza la definición del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de las personas migrantes: "Diversas medidas adoptadas por los Estados, a veces con la participación de terceros países o actores no estatales, que tienen como resultado que migrantes, refugiados y solicitantes de asilo, sean obligados sumariamente a regresar, sin una evaluación individual de sus necesidades de protección, al país, territorio o al mar, ya sean aguas territoriales o aguas internacionales, desde donde intentaron cruzar una frontera internacional”.
Guillermo Algar