Gaza, asfixiada deliberadamente por las fuerzas israelíes
MSF denuncia la instrumentalización de la ayuda mientras el sistema sanitario es objeto de ataques

Jerusalén/Madrid, 21 de mayo de 2025.- Médicos Sin Fronteras (MSF) denuncia que se está permitiendo la entrada en la Franja de una cantidad insuficiente de ayuda y que constituye una mera cortina de humo para fingir que el asedio ha terminado. Mientras tanto, al menos 20 instalaciones médicas de Gaza han resultado dañadas o han quedado parcial o totalmente fuera de servicio en la última semana por el avance de las operaciones terrestres israelíes, la intensificación de los ataques aéreos y las órdenes de evacuación generalizadas. Las autoridades israelíes deben poner fin a la asfixia deliberada de Gaza y a la aniquilación de su sistema de salud, que está apuntalando su campaña de limpieza étnica, mientras la población sigue necesitando desesperadamente atención y ayuda médica, añade MSF.
"La decisión de las autoridades israelíes de permitir la entrada en Gaza de una cantidad ridículamente inadecuada de ayuda tras meses de asedio hermético señala su intención de evitar la acusación de matar de hambre a la población de Gaza, mientras en realidad la mantiene apenas sobreviviendo", afirma Pascale Coissard, coordinadora de emergencias de MSF en Jan Yunis. "Este plan es una forma de instrumentalizar la ayuda, convirtiéndola en una herramienta para favorecer los objetivos militares de las fuerzas israelíes", añade Coissard.
Antes de octubre de 2023 entraban en Gaza 500 camiones de ayuda al día, según la ONU. La autorización actual de cien al día, cuando la situación es tan grave, es lamentablemente insuficiente.
Mientras tanto, las órdenes de evacuación siguen desarraigando a la población, y las fuerzas israelíes continúan sometiendo a las instalaciones sanitarias a intensos ataques.
El 19 de mayo, entre las 6.00 y las 6.30, los equipos de MSF informaron de que oyeron una media de un ataque por minuto en Jan Yunis. Uno de estos ataques alcanzó el complejo hospitalario de Nasser, a cien metros de la unidad de cuidados intensivos y del departamento de hospitalización gestionados por los equipos de MSF. Es la tercera vez en dos meses que el complejo hospitalario de Nasser es atacado, privando una vez más a la población de tratamiento y atención.
Para reducir la exposición, los equipos de MSF se vieron obligados a cerrar temporalmente tanto el departamento de consultas externas como la sala de sedación para pacientes en espera de intervención quirúrgica o que se recuperan de ella, así como a suspender las actividades de fisioterapia y salud mental, esenciales para los pacientes quemados, la mayoría de los cuales son niños.
El ataque también dañó gravemente el almacén de farmacia del Ministerio de Sanidad en el Hospital Nasser. Esto supone una presión adicional sobre los suministros, en un momento en que las reservas médicas se están agotando debido al asedio.
Como parte de la expansión de sus operaciones terrestres, las fuerzas israelíes han emitido órdenes de evacuación a gran escala, limitando aún más el acceso de la población a la atención médica y la capacidad de MSF para prestarla. Así, el 19 de mayo una orden de evacuación que abarcaba casi toda la parte oriental de Jan Yunis, en la zona limítrofe al Hospital Nasser, obligó a la población a desplazarse inmediatamente hacia la zona de Al Mawasi.
El Site Management Cluster (la plataforma que gestiona los lugares de desplazados) estima que más de 138.900 personas fueron desplazadas forzosamente entre el 15 y el 20 de mayo. La intensificación de los bombardeos israelíes y las órdenes de evacuación en todo Jan Yunis han obligado a MSF a mantener sólo las actividades vitales en las urgencias de las clínicas de Al Attar y Al Mawasi. Desde el lunes 19, la clínica Al Hakker, en Deir Al Balah, también está cerrada. Antes del cierre, los equipos de MSF habían estado atendiendo más de 350 consultas diarias de pediatría, atención prenatal y postnatal, primeros auxilios psicológicos y tratamiento nutricional ambulatorio, entre otros servicios.
Unos días antes, el 15 de mayo, las autoridades israelíes emitieron una orden de evacuación del centro de atención sanitaria básica de Sheikh Radwan, en la ciudad de Gaza, que provocó el cierre de las instalaciones. En este centro, con el apoyo de MSF, los equipos del Ministerio de Salud atendían unas 3.000 consultas diarias en una zona con una población estimada de 250.000 personas. Se trataba de la última clínica pública de atención básica plenamente operativa de la zona.
Según el Ministerio de Sanidad, tras el asedio al Hospital Indonesio, todos los hospitales públicos del norte de Gaza están fuera de servicio. El hospital de campaña de MSF en Deir Al Balah ha aumentado las camas en un 150% en los últimos días. Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente hay 1.900 camas de hospital en funcionamiento en toda la Franja, mientras que antes de la guerra la capacidad era de 3.500.
Los ataques contra la población civil y la asistencia sanitaria deben cesar de inmediato y la ayuda debe entrar en Gaza en cantidades suficientes y de forma que pueda llegar a quienes la necesitan. Los aliados de Israel deben ejercer toda su presión para que esto ocurra con extrema urgencia. Cada día que se pierde refuerza su complicidad en la aniquilación de la población de Gaza.
Fernando Calero
Guillermo Algar