Dos hospitales en Somalia y Nigeria mejoran su atención sanitaria tras la instalación de paneles solares
El cambio a la energía solar ha aumentado la capacidad de los centros para responder ante emergencias pediátricas, de desnutrición y campañas de vacunación
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Madrid, 5 de junio de 2025.- Los fenómenos relacionados con el clima afectan a la actividad agrícola y dificulta el acceso a la tierra de ganaderos y agricultores. Médicos Sin Fronteras (MSF) está siendo testigo de cómo los cambios medioambientales alimentan la violencia y los desplazamientos, y provoca inseguridad alimentaria y malnutrición. Por este motivo, la organización ha implementado el uso de energías renovables y paneles solares en Nigeria y Somalia para reducir el impacto medioambiental de sus operaciones.
El Hospital General Zurmi (Nigeria) llevaba años desconectado de la red nacional. En su lugar, tenía que recurrir a generadores que consumían más de 3.000 galones (unos 11.356,23 litros) de combustible al mes para alimentar las instalaciones médicas. Este sistema provocaba frecuentes y frustrantes interrupciones del suministro eléctrico. A ello se le sumaba el aumento del número de niños gravemente desnutridos con complicaciones potencialmente mortales.
- Descarga las fotografías de las placas solares en Mudug, Somalia
- B-roll de la instalación de paneles solares en Mudug con totales de Mohsin Rafiq, coordinador del proyecto de MSF
- Fotografías de las actividades nutricionales en Baidoa, Somalia
- Descarga las fotografías de las placas solares en el Hospital General de Zurmi (Nigeria)
- Imágenes de archivo de la crisis climática en Zurmi (Nigeria)
Frente a esta realidad, MSF ha instalado 436 paneles solares en el centro. Desde entonces, el sistema de energía solar de 250 KW ha mantenido en funcionamiento dispositivos médicos, refrigerado medicamentos y facilitando procedimientos quirúrgicos de urgencia. "El cambio a los paneles solares ha mejorado nuestra capacidad de respuesta a la desnutrición y las emergencias pediátricas al poder almacenar mejor las vacunas y ampliar nuestro alcance con las campañas de vacunación", asegura Abdullahi Mohamed Ali, coordinador general de MSF en Nigeria.
Un sistema de baterías de reserva garantiza también que el hospital funcione sin problemas por la noche y durante largos periodos de nubosidad. Los pacientes del hospital, incluidos los de maternidad, la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) y la unidad de cólera, han visto mejorada su atención sanitaria.
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La decisión de cambiar a energía solar busca reducir el impacto que tiene la crisis climática sobre las emergencias humanitarias. "Cada día somos testigos de cómo los factores climáticos influyen en la salud de las comunidades de todo el mundo", explica Mohamed. "Desde la creciente frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos hasta las violentas disputas por la tierra derivadas de las tierras de cultivo devastadas por la sequía que han disminuido el rendimiento de las cosechas, la conexión entre clima y salud es evidente". En 2024, MSF trató a más de 300.000 niños, un alarmante aumento del 25% respecto a 2023. Más de 75.000 de estos niños necesitaron atención hospitalaria. Este año, en previsión de un número aún mayor de pacientes desnutridos, MSF está aumentando su capacidad de camas en algunos de sus hospitales.
Los equipos de MSF también han observado que, tras años de temperaturas más cálidas y lluvias cambiantes, los mosquitos se reproducen más rápidamente y prosperan en nuevas áreas, aumentando la exposición de los nigerianos a la malaria. Según las cifras de 2023 -los datos más recientes disponibles de la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, Nigeria representó el 26% de los 263 millones de casos mundiales de malaria, con un aumento significativo de unos 6,8 millones de casos más entre 2018 y 2023.
Esta transición a las energías renovables ha permitido a MSF responder mejor a las necesidades de los pacientes. Al invertir menos dinero y tiempo en conseguir y transportar el costoso combustible para mantener en funcionamiento los generadores -especialmente en zonas remotas-, MSF ha podido dedicar más recursos a otras necesidades en los estados donde trabaja: Zamfara, Borno, Jigawa, Katsina, Bauchi, Kano y Sokoto. "Aunque todavía hay que tomar otras medidas para reducir el impacto medioambiental global de MSF, el cambio a la energía solar forma parte de nuestro trabajo para crear una solución más sostenible que beneficiará a los pacientes y a las comunidades", añadió Mohamed Ali.
Garantizar la atención médica sin interrupciones
Somalia es uno de los países más vulnerables al cambio climático, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)1. Sus efectos se materializan en sequías, inundaciones y un aumento de la temperatura que agrava la crisis de desnutrición y se empeora por la inestabilidad económica y la fragilidad del sistema sanitario.
En 2024 la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) estimó que 1,7 millones de niños sufrieron desnutrición aguda en Somalia, de los cuales 430.000 padecían desnutrición aguda grave. Las intervenciones de MSF, aunque críticas, sólo alcanzaron al 1% de la población desnutrida total, lo que pone de manifiesto la abrumadora magnitud de la crisis y la acuciante necesidad de un apoyo más amplio que se ha visto afectado gravemente por el déficit en la financiación de los proyectos humanitarios.
Baioda y Mudug son dos ciudades del centro de Somalia donde la desnutrición se ha convertido en una crisis crónica que exige una intervención permanente. Con el objetivo de mejorar su atención médica, MSF ha rehabilitado la infraestructura solar fotovoltaica del hospital de Mudug instalando nuevos paneles solares.
"La crisis climática no es sólo un problema medioambiental, afecta directamente a la salud dejando a las comunidades más vulnerables aún más expuestas", explica Mohsin Rafiq, coordinador del proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Mudug (Somalia).
Este proyecto pretende desde 2024 reducir drásticamente la dependencia de los generadores diésel, mejorando la eficiencia operativa y la sostenibilidad medioambiental. En concreto, este nuevo sistema solar híbrido está diseñado para suministrar energía ininterrumpida al hospital. Antes de esta mejora, las salas del Hospital Regional de Mudug dependían en gran medida de generadores diésel que favorecían a la contaminación atmosférica local.
"Con esta iniciativa solar, no sólo reducimos significativamente nuestras emisiones de carbono, sino que garantizamos un servicio sanitario fiable y continuo, especialmente durante las emergencias inducidas por el clima”, subraya Rafiq. Las soluciones de energía renovable como el sistema solar mejorado nos permiten responder eficazmente a estos retos, manteniendo los servicios médicos esenciales precisamente cuando más se necesitan”.
Maria D'Oultremont
Irene Cortés