Decenas de palestinos masacrados en centros de distribución de alimentos respaldados por EE. UU. e Israel
Equipos de MSF tratan a heridos graves en el Hospital Nasser; algunos pacientes, en estado crítico, siguen siendo intervenidos
Jerusalén, 1 de junio de 2025 - Decenas de palestinos han perdido la vida y otros cientos han resultado heridos hoy, 1 de junio, mientras esperaban comida en los centros de distribución de la Fundación Humanitaria de Gaza, creados recientemente en Rafah y cerca del corredor de Netzarim, según el Ministerio de Sanidad de la Franja. Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) se han unido a la respuesta para atender a las víctimas masivas en el Hospital Nasser, en Jan Yunis. Los pacientes han explicado a MSF que les disparaban desde todas partes, desde drones, helicópteros, barcos, tanques y soldados israelíes sobre el terreno.
"Los acontecimientos de hoy han demostrado una vez más que este nuevo sistema de entrega de ayuda es deshumanizador, peligroso y gravemente ineficaz. Ha provocado muertes y heridas entre la población civil que podrían haberse evitado. La ayuda humanitaria debe ser suministrada únicamente por organizaciones humanitarias que tengan la competencia y la determinación necesarias para hacerlo con seguridad y eficacia", afirma Claire Manera, coordinadora de emergencias de MSF.
Los equipos de MSF en el Hospital Nasser han tratado hoy a pacientes con heridas graves. Algunos heridos en estado crítico siguen siendo intervenidos. Pero con los bancos de sangre casi vacíos, el propio personal médico ha tenido que donar sangre.
"Los pasillos del hospital estaban llenos de pacientes, pero a diferencia de lo que he presenciado antes, donde la mayoría eran mujeres y niños, hoy eran sobre todo hombres. Estaban tumbados en camas en los pasillos porque las habitaciones ya estaban abarrotadas de heridos. Tenían heridas de bala visibles en las extremidades y la ropa empapada de sangre", explica Nour Alsaqa, responsable de comunicación de MSF. "Parecían destrozados y angustiados tras intentar conseguir comida para sus hijos, volviendo en cambio heridos y con las manos vacías. Fuera, había gritos, sirenas, una avalancha constante de nuevos pacientes en urgencias. En medio del caos, recibimos la confirmación de que el hermano de una colega había muerto mientras intentaba recoger ayuda del centro de distribución", añade Nour.
Así describe Mansour, padre de cuatro hijos, el caos vivido: "La gente se peleaba por cinco palés. Nos dijeron que cogiéramos comida y luego dispararon desde todas las direcciones. Corrí 200 metros antes de darme cuenta de que me habían disparado. Esto no es ayuda. Es mentira. ¿Se supone que tenemos que ir a buscar comida para nuestros hijos y morir?".
"Me dispararon a las 3:10 de la mañana. Como estábamos atrapados, sangré sin parar hasta las 5 de la mañana. Había muchos otros hombres conmigo. [Entonces] uno de ellos intentó sacarme de allí. Le dispararon en la cabeza y murió sobre mi pecho. Habíamos ido allí sólo para comer, para sobrevivir, como todo el mundo", relata Mohammad, de 24 años, desplazado en Al-Qarara, Jan Yunis.
Es la segunda vez que este nuevo sistema de distribución de ayuda provoca un derramamiento de sangre. El 27 de mayo, la primera tarde de distribución en Rafah, las fuerzas israelíes dispararon a decenas de personas mientras se distribuían cantidades totalmente insuficientes de suministros básicos vitales en medio del caos.
Como consecuencia del asedio total impuesto por las autoridades israelíes el 2 de marzo, el 100% de Gaza corre ahora riesgo de hambruna, según Naciones Unidas. Desde el 19 de mayo, los escasos centenares de camiones de alimentos que han entrado —una fracción insuficiente de lo que se necesita— han sembrado la desesperación entre los más de 2 millones de personas que llevan tres meses privadas en gran medida de alimentos, agua y medicamentos. El bloqueo total o parcial de la entrada de ayuda humanitaria en Gaza ha agravado la situación de todos los gazatíes.
Junto con las órdenes de desplazamiento y las campañas de bombardeos que matan a civiles, convertir la ayuda en arma de esta manera puede constituir crímenes contra la humanidad. Sólo un alto el fuego duradero y la apertura inmediata de las fronteras de Gaza a la ayuda humanitaria —incluidos alimentos, suministros médicos, combustible y equipamiento— pueden aliviar esta catástrofe provocada por el hombre.
Guillermo Algar